Querido Nadie
Aquella noche Ricardo no podía dormir.
Se despertó de la cama una y otra vez, tenía que desprenderse de todos esos pensamientos que no le dejaban dormir. Héctor ya no estaba a su lado y su ausencia dolía tanto, que no podía evitar llorar en silencio, cuando nadie le escuchaba y rebuscar alguna fotografia que le recordara que aún seguía estando allí desde la distancia.
Precisamente esa noche decidió coger su boligrafo de la suerte y aquel cuaderno de momentos perdidos, y escribió una carta hacia un pasado que pretendía borrar para siempre. Al terminar fue hacia su escritorio, guardó todos esos escritos y se prometió darse una nueva oportunidad ya que " solamente el dolor merece ser sucumbido ante los encantos del sufrimiento para extraer la moraleja correcta ante las endorfinas del propio placer interno, personal y de superación extrasensorial de todo los seres humanos"
Querido nadie:
A veces me arrepiento de no haber lanzado al cielo la última palabra que prometí no decir, pero entiéndeme, es francamente difícil vivir sin tus recuerdos insensatos, sin aquel pretérito abrazo que convirtió mis ilusiones en esperanzas y que acabó fraguando en el olvido.

La belleza sólo fue un pretexto a tu intelecto vacío, tan vacío como el aroma que se ha quedado conmigo. Me arrepiento don nadie, me arrepiento de cada noche que pude pasar contigo, aunque al irme junto al fuego, aún te siento distraido como el que añora lo perdido y se conforma con llegar a ser un farsante agradecido...
